No tengas miedo.
Hilo musical para esta entrada: Tirada, con los ojos empañados en lágrimas, se miraron una vez más. Sabían que esta mirada no sería como las demás, que ahora las miradas se apreciarían más que una brizna de sol en una tormenta. -¿Me esperarás?- espeto él con voz temblorosa por el esfuerzo que suponía articular aquella frase escondida en las sombras de su mente. Intentando incorporarse, ella miró los zafiros ojos que poblaban su rostro. Esos ojos que una vez la llenaron de tranquilidad, paz y amor ahora se desvanecerían en la distancia de un inseguro futuro condicionado por el tiempo. Y entonces fue cuando ella se dio cuenta de que las caricias, los abrazos y los besos merecían más atención que la puesta en el pasado. Que sus errores cometidos, ahora golpeaban duramente contra su pecho, sintiendo como el aire difícilmente escapaba. Que todas las tardes que ellos habían pasado, se dibujaban en los mapas del pasado con la sinfonía de la alegría del comienzo teñida de az...